Un plano de nogal crea un techo que envuelve la zona de mostradores deslizándose por una de las paredes creando una zona más cálida. Este techo se vuelve a repetir como en la Ortopedia, siendo el epicentro del proyecto. Utilizamos tiras de luces leds en el nogal proyectadas hacia el techo que proporciona una luz suave e indirecta en toda la farmacia. Esta misma luz se repite en la zona baja de mostradores.
A la entrada nos recibe una mesa de bienvenida, con ofertas e información sanitaria actual. El recorrido se hace de forma perimetral. En la parte de la izquierda, zona de menor flujo, los productos se exponen en baldas de madera, una zona cálida y atractiva.
En la parte del fondo, hay un mostrador de madera, consejo farmacéutico, para una atención más personalizada. La sección de cosmética está definida por marcas relevantes en el sector y que tienen su propio espacio.
En este mismo espacio, hay un rincón de atención personalizada, una zona más íntima, cuidada y coqueta, con un papel en tonos marrones que recoge el logotipo retroiluminado. A su lado, una sala multiusos a la que accedemos a través de un tabique de cristal. Estos cristales están vinilados con una fotografía en blanco y negro del día de la inauguración de la Farmacia Ispizua en 1964 y que hace que consigamos la privacidad que buscamos para esta sala.